20.9.11

Agridulce

Hoy me siento como el cerdo agridulce. Recuerdo su sabor, unas bolitas rebozadas y bañadas con una salsa que la primera vez siempre sientes extraña... dulce, agrio, salado... ¡las ganas que tengo de volver a comer en un chino cutre!

Hoy he me he despedido por primera vez en Marruecos, una semana antes de partir.

Y en el tren, ese que ya no cogeré más en esta aventura, me he puesto a pensar en qué me ha cambiado este país y este año aquí y he hecho mi lista de "cosas que Marruecos me ha dado o me ha hecho aprender"

- cuatro kilos menos y varios pantalones holgados
- la costumbre ya de no comerme las patatas fritas del plato
- tener el pelo del color de mis ojos
- un amor, un desamor, una lección más
- lunares partout
- crecimiento casi al máximo de mi paciencia
- un ligamento desgarrado y semanas de rehabilitación
- el poder de ignorar a la gente por la calle
- un nivel de francés casi nikel
- fin de la inocencia con la gente 
- incapacidad absoluta para andar con tacones
- repentino pudor cuando llevo faldas o escotes que ahora parecen "cortas" o "generosos" pero antes no 
- la mala costumbre de andar mirando al suelo
- la muy mala costumbre de creerme en un verano sin fin
- ojos pintados con khol
- pelo largo, pelo corto, pelo largo de nuevo
- aversión por los gatos callejeros
- adicción al pan con vaca que ríe
- flexibilidad puesta a prueba al máximo
- amigos, buenos amigos, íntimos amigos
- capacidad de buscar en lo malo, la parte buena y aprovecharla
- saber a ciencia cierta que no le gusto a todo el mundo
- tendencia a sentarme en las terrazas mirando hacia la calle
- ·politesse" para llamar a los desconocidos "madame" o "monsieur"
- rápida reacción cuando alguien te da "tres bises" o lo hace al revés
- (...) y un sinfín de cosas más

Ésta soy yo, sigo siendo yo, pero soy distinta ahora



Octubre 2010


Agosto 2011

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