13.7.11

Las amapolas y el tren a Marrakech

No sé si alguna vez os habéis preguntado la manera en la que decidimos cuál es nuestra comida favorita, nuestro color preferido o qué canción significa más para nosotros.

No sé si realmente hay un instante en nuestras vidas en el que nos damos cuenta de que puede que sea el bacalao al pil pil, el amarillo o que cada canción tiene su momento y sus recuerdos.

Yo siempre he dicho que mis flores favoritas eran las rosas blancas, o en su defecto, los ramos completamente blancos. 

Pero fue esta primavera, durante uno de mis habituales viajes en el tren Rabat-Marrakech, cuando supe que a las rosas blancas les había salido una gran competidora: la amapola.

El paisaje en tren desde Rabat a Marrakech, ese paisaje que ya conozco bien, cambia gradualmente y pasa del verde de la costa al naranja rojizo de las montañas del Atlas. Me encanta sentarme al lado de la ventana y desde el primer viaje me pareció precioso, pero es en primavera cuando más bonito está.

Fue ahí, sentada en el asiento de pelo y mirando los campos casi rojos de tanta amapola que había, cuando me dí cuenta de que puede que un ramo de rosas blancas sea bonito pero un campo verde y rojo, con el cielo azul y la luz de Marruecos es uno de los paisajes que más me ha emocionado.

Así, en mi última visita a la ciudad ocre, encontré la famosa tienda de la que Miles siempre me hablaba y caí enamorada de un caftán del que mis amigas dijeron que tenía más de asiático que de marroquí. 

Puede que el estampado recuerde a un kimono, pero para mí siempre serán las amapolas del viaje en tren hacia Marrakech.























La famosa tienda se llama "Warda la Mouche" y está en la calle que va de la Plaza Jmaa el Fnaa al Palacio Bahia. Si queréis ropa moderna con un toque exótico no os la podéis perder.

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