2.11.11

Maroc-Mallorca, el fin de una etapa

Hace más de un mes que dejé tierras marroquíes y hasta ahora no había podido pasarme por aquí. Por un lado, porque he estado de un lado a otro, por otro, porque no quería cerrar el blog y cerrar una etapa sin haber abierto otra.

Sí, es momento de cerrar el blog que ha sido el diario ( a ratos) de mi vida en Marruecos. ¡Vaya año! No podía imaginar todo lo que ese país iba a hacer por mí, todo lo que iba a aprender y a vivir, la gente tan increíble que iba a poder conocer... ha sido maravilloso. Pero! llega el momento de cerrar etapas. ¿Qué sentido tendría seguir escribiendo sobre Marruecos fuera de Marruecos?

Hace unas semanas en Barcelona, con Xavi, mi amigo rabatí, (ese que llamaba de repente para dar un paseo por la medina, ese que sin saberlo fue mi hombro en abril), hablaba de Rabat, de la luz de Marruecos,de  la nostalgia  que sentíamos allí y la nostalgia que siento (y que sé que él siente) una vez aquí.

Pero, a quién me ha preguntado estos días, siempre he respondido que lo que más recordaré de este año será la gente, mi gente y mis momentos con ellos.  No sé quiénes de vosotros leeréis esto, pero, por si no lo sabíais... gracias! ¡No habría sido lo mismo sin vosotros! 

Gracias también a quienes habéis estado allí, al otro lado de la pantalla, conmigo y este blog. No sé si volveré a escribir, si Mademoiselle Couscoús se convertirá en Señorita Ensaimada... porque ¡Sí! Ahora mismo escribo desde Palma de Mallorca, donde voy a vivir y trabajar a partir de ahora.

Una persona muy especial me dijo antes de irme de Marruecos que iba a conquistar el mundo. No sé si el mundo empieza en Mallorca, pero aquí es donde empieza mi nueva etapa, ¡mi próxima parada para conquistarlo!



Ça fait plus d'un mois que j´ai laissé les terres marocaines et jusqu'ici j'avait pas réussi m´arrêter sur le blog. D´un côté, parce que j'ai été d'un côté à l'autre, mais de l'autre, je ne voulait pas fermer le blog et fermer une étape sans ouvrir une autre.

Oui! il est temps de fermer le blog qui a été le journal (parfois) de ma vie au Maroc. Quelle année! Je ne pouvais pas imaginer ce que ce pays ferait pour moi, tout ce qui j´avait à apprendre et à vivre, les gens tellement geniales qui je aurait rencontrer!... tout a été merveilleux. Mais! il faut fermer des étapes. Et ecrire sur Maroc loin de Maroc n´a pas trop de sens...

Il fait quelques semaines à Barcelone, avec Xavi, mon ami Rabati, (ce qui m´appelait tout à coup pour faire une promenade dans la médina, ce qui etait,sans savoir, mon épaule en avril), on a parlé sur Rabat, sur la lumière du Maroc, sur la nostalgie qu´on sentait là-bas et la nostalgie que je sens (et je sais qu'il sent) une fois ici. 

Mais a celles qui m'ont demandé ces jours-ci, j'ai toujours répondu que ce que je vais toujours  rappeler sur cette année seront les gens, mes gens et les moments avec eux. Je ne sais pas qui d'entre vous va lire ceci, mais si vous ne saviez pas ... je vous remercie! Il n´aurait pas  été la même sans vous

Merci également à ceux qui ont été là, de l'autre côté de l'écran, avec moi et ce blog. Je ne sais pas si je continuerais à écrire, si Mlle Mlle Couscous deviendra Señorita Ensaimada... Car oui! En ce moment j'écris de Palma de Mallorca, où je vais vivre et travailler...

Une personne très spéciale m'a dit avant quitter le Maroc allait conquérir le monde. Je ne sais pas si le monde commence à Mallorca, mais c'est là ou commence ma nouvelle étape, à la conquête de ma prochaine étape!


26.9.11

Las ciudades de mi vida (marroquí)

La impresión que cada uno de nosotros tiene de una ciudad está marcada por tantas cosas que no es posible controlarlas: nuestro momento personal, el tiempo del día, el ambiente que vivía en ese instante el sitio y la gente...

Durante este año en Marruecos he visto muchas ciudades y me han quedado muchas sin ver. Éstas son mis fotos preferidas y mis impresiones de ellas:



Rabat:

Rabat siempre será mi casa y la Kasbah des Oudaia, mi lugar favorito. Impresiona la primera vez que la visitas por ser un rincón lleno de paz a pesar de los guías falsos y los niños jugando al fútbol. Los Oudaia siempre me recordará a paseos los fines de semana, visitas y tés dulces con amigos en su terraza.



Casablanca:

He de decir que Casablanca no me gusta. Odio su tráfico, lo difícil que es coger un taxi en cualquier rincón de la ciudad, el mal olor al bajar del tren en Casa Port. Pero Casablanca también ha sido mi refugio cuando he querido huir de mi vida de Rabat. Resulta extraña está contradicción, pero estoy segura de que una amiga con una vida paralela en la ciudad del clásico del cine ha tenido mucho que ver. Casablanca siempre será ese 30 de abril en el que huí de mi vida y dejé mi pena en el piso 38 de un rascacielos.


Marrakech:

La ciudad ocre tiene los atardeceres más mágicos del país. Cuando el sol se va, el cielo se vuelve rosa, naranja, rojo... y sus edificios reflejan esa luz por toda la ciudad. Detesté Marrakech en mi primera visita y poco a poco, en cada una de las siguientes fue entrando en mi corazón casi hasta hacer daño. Siempre recordaré kech por los largos viajes en tren, la ilusión, la tristeza al partir, los fines de semana de sonrisas y caras serias. Marrakech siempre será especial por lo que me esperaba allí.



Assilah:

Me sorprendió por su limpieza, su aire fresco, su buena comida. A todo el mundo le gusta Assilah, y es comprensible por qué.

Assilah es un fin de semana de julio, un grupo de amigos, cartas, playa y buenos ratos.

 Ceuta: 

El cielo azul, la libertad y la sensación de estar en casa. Cruzar la frontera hacia Ceuta desde Marruecos es una experiencia. Yo la he cruzado tres veces y las tres fueron buenas. 

Una valla separa Marruecos de mi país, de las tapas, las cañas, la música, de ferias con muñecos Bob esponja.

 Chefchaouen:

Tardé en visitar esta ciudad, que desde el momento en el que la pisé se convirtió en una de mis top. De noche, parece que las montañas y las estrellas van a caer encima de tí y el silencio sólo se rompió cuando los tambores sonaron para avisar de que había llegado la hora de comer antes del alba y del ayuno. Nunca olvidaré ese momento y esa terraza. 

De día, el azul te envuelve y te llena los ojos, tanto que parece que no lo olvidarás jamás. Chefchaouen es un viaje a la aventura, dos personas a las que me alegro de haber conocido.


Fès:

Fès es tradición, es Marruecos puro y antiguo. Son burros, artesanos, guías y guías falsos. Fès es un domingo de noviembre corriendo por sus callejuelas, es un martes de julio apenas sin comer...

 Medhya:

La playa de Medhya siempre es el final de una buena comida. Una increíble comida de pescado fresco a la brasa, en mesas viejas, papeles de periódico y manos llenas de grasa. Un gran amigo nos llevó por primera vez y hemos ido menos de lo que yo querría, pero Medhya siempre serán amigos, viajes en coche y una sonrisa.

 Merzouga:

El desierto de Merzouga, en el Sáhara fue uno de los viajes más impactantes y su amarillo, el más intenso y su cielo estrellado, el más impresionante que he visto. Merzouga es invierno, frío y calor, camellos, atardecer y amanecer...


Moulay Bousselham:

Choca encontrar una playa tan tranquila en la costa atlántica de Marruecos. Moulay Bousselham fue parte del viaje a Assilah, el viaje con los espaguetti que tanto me gustó. Cuestas, playa solitaria, un paseo en bote, otro atardecer que no olvidaré...

 Tánger:

Tánger es viento, viento fresco que viene de mi país. Es una playa desierta en el mes de marzo a la que poco le queda para verse llena todos los días. Tánger es una medina en la que se habla español y te puedes tomar un "desalluno". 

 Gargantas del Todra:


No hay mucho que decir, el Todra para mí siempre será un sitio espectacular... Mis primeras fotos con mi Canon, ese cielo azul y una buena conversación.

Vallée d´Ourika:

El valle de Ali fue una excursión de verano para huir del calor asfixiante de Marrakech. Como decía Olive, nuestro guía por un día, en el valle de Ourika se pueden ver todos los colores: naranjas, verdes, rojos, malvas... Ourika es un todoterreno, conversaciones cruzadas en dos idiomas, descubrirles a unas amigas cómo es un poco del verdadero Marruecos.

20.9.11

Agridulce

Hoy me siento como el cerdo agridulce. Recuerdo su sabor, unas bolitas rebozadas y bañadas con una salsa que la primera vez siempre sientes extraña... dulce, agrio, salado... ¡las ganas que tengo de volver a comer en un chino cutre!

Hoy he me he despedido por primera vez en Marruecos, una semana antes de partir.

Y en el tren, ese que ya no cogeré más en esta aventura, me he puesto a pensar en qué me ha cambiado este país y este año aquí y he hecho mi lista de "cosas que Marruecos me ha dado o me ha hecho aprender"

- cuatro kilos menos y varios pantalones holgados
- la costumbre ya de no comerme las patatas fritas del plato
- tener el pelo del color de mis ojos
- un amor, un desamor, una lección más
- lunares partout
- crecimiento casi al máximo de mi paciencia
- un ligamento desgarrado y semanas de rehabilitación
- el poder de ignorar a la gente por la calle
- un nivel de francés casi nikel
- fin de la inocencia con la gente 
- incapacidad absoluta para andar con tacones
- repentino pudor cuando llevo faldas o escotes que ahora parecen "cortas" o "generosos" pero antes no 
- la mala costumbre de andar mirando al suelo
- la muy mala costumbre de creerme en un verano sin fin
- ojos pintados con khol
- pelo largo, pelo corto, pelo largo de nuevo
- aversión por los gatos callejeros
- adicción al pan con vaca que ríe
- flexibilidad puesta a prueba al máximo
- amigos, buenos amigos, íntimos amigos
- capacidad de buscar en lo malo, la parte buena y aprovecharla
- saber a ciencia cierta que no le gusto a todo el mundo
- tendencia a sentarme en las terrazas mirando hacia la calle
- ·politesse" para llamar a los desconocidos "madame" o "monsieur"
- rápida reacción cuando alguien te da "tres bises" o lo hace al revés
- (...) y un sinfín de cosas más

Ésta soy yo, sigo siendo yo, pero soy distinta ahora



Octubre 2010


Agosto 2011

17.9.11

Vidas del Mundo

¡Ya sé que llevo demasiado tiempo sin escribir! Pero el último mes y medio no he parado... Me fui a Berlín, a visitar a mi querida Sara, a tomar aire, a montar en bici, a comer currywurst! Después me fui a Galicia, a ver cómo mi primera amiga se casaba, a perder maletas y conocer gente... También pasé gran parte del Ramadán en Rabat, viendo los días pasar lentamente...

En los últimos tiempos, cuando ya no me quedan ni dos semanas para dejar Marruecos, las conversaciones huelen a despedida, las cenas o visitas en un sitio u otro se suceden sin saber si voy a volver... Me siento ya empezando a decir adiós a la ciudad que me ha acogido durante (casi) un año.

Estoy triste, pero creo que es mi momento. Hace unos meses tenía pánico a que llegara el momento de irme de Marruecos y no sintiera que era el momento. Pero ahora estoy tranquila, porque siento que lo es y en gran ha sido gracias a mis últimos viajes.

Mi vida aquí se acaba, pero antes quiero compartir, si cabe, un poquito más de ella. Un gran amigo, Héctor o Pura Vida para nosotros, que ahora está viviendo en Ankara, tiene un proyecto. Se llama Vidas del Mundo y consiste en hacer un pequeño vídeo filmando tu vida cotidiana. Aquí os dejo mi aportación:




9.8.11

Mixed by Schweppes: viaje al Norte.


Hace unos años, Schweppes lanzó la campaña "Mixed by Schweppes" para animar a sus consumidores a "mezclar" sus productos. Hace unos días, en otro viaje "mixto" descubrí otra palabra que pronunciada "a la española" puede causar que los franceses se rían a carcajadas: "SCHWEPPES!"

Ahí estábamos sentados en una terraza en Ceuta, esperando el tinto de verano, las tapas y las patatas bravas cuando, alehop! digo la palábra mágica... y sin entender por qué, mis dos colegas de viaje, Benoit y Adélise se empiezan a descojonar uno a cada lado de la mesa!

"SHHHHHueps" "suepsh"... 

Este no es un post de "manual de supervivencia: como decir schweppes en francés" (Porque aún no soy capaz de hacerlo) sino más bien un post de "Manual de supervivencia: cómo hacer reir a un francés", u otro post más sobre una escapada genial de fin de semana.

Otra de esas escapadas casi sin planear, tres personas, un coche y la carretera al norte. En dos días, cuatro sellos más en el pasaporte, entradas y salidas a Ceuta, terrazas, cañas, feria, niños de botellón, compras en el Lidl... Qué más decir de Ceuta!!!

Al este de Ceuta, en el Mediterráneo marroquí, encontramos una playa con un mar de todos los azules posibles y conchas de todas las formas.


Y porque Marruecos es un país en el que puedes encontrar de todo, puedes salir a las 6 de la tarde de la playa y llegar a Chefchaouen a la hora de cenar, haciendo una parada en un lago en las montañas para ver el atardecer.




Chaouen, desde este fin de semana, es una de mis ciudades favoritas de Marruecos. El azul de sus paredes no tiene nada que ver con el de otras medinas que he visitado, las montañas de su alrededor son impresionantes y las estrellas de noche casi tan claras como las del desierto.






Pero ahí no se acabó el viaje. El broche final fue una excursión por las cascadas de Akchour, a unos 35 minutos de Chaouen. Yo, que no sabía que íbamos a hacernos una excursión entre las rocas de un río, me había ido con mis sandalias medineras así que tuve que idear algo...


¿Y qué me salvó la vida? (o los pies) Las bailarinas que regala la revista Elle (que compré en Ceuta) y que con un poco de maña, se pueden atar al tobillo para que no se te salgan entre piedra y piedra. Merci Elle...!




Os dejo con unas fotos que he cogido prestadas de internet (las fotos son de Gaukel_f) porque desgraciadamente no me llevé la cámara (temía que mi torpeza acabara con mi baby canon en medio del río y me quise asegurar). Pero merece la pena que veáis lo precioso que es ¿o no?






2.8.11

Visages, mes visages

Más caras de mi día a día en la pestaña "Faces"


http://cucucouscous.blogspot.com/p/faces.html

Foto: Jardins Majorelle, la antigua residencia de Yves Saint Laurent en Marrakech



31.7.11

Dimanche = Playa + Bolos

Poco que decir:


un Domingo tranquilo a la espera del ramadán...


...en el que con buena compañía cualquier plan es bueno!


Gracias a la anfitriona!


 Benoit, Soukaina y Nada.

Yo perdiendo a los bolos

Espagueti weekend: Assilah & Moulay Bousselham

¿Qué pasa si mezclamos a una pareja de italianos con una pareja italo-española, una italiana que está de visita y dos españoles en un viaje de fin de semana en Marruecos? 


¿Qué pasa si las dos parejas y una de las españolas tienen la costumbre de hablar entre ellos en francés, pero ni la chica italiana ni el chico español lo hablan?

Pues pasa lo mismo que si se come una buena porción de pizza con un tinto de verano en un soleado día de julio: una mezcla cojonuda (hasta el momento, me he abstenido de utilizar tacos/palabras malsonantes en este blog porque uno que yo sé me diría que recuerde que soy una señorita. Pero este caso lo requiere, la mezcla es cojonuda).

¿Y en qué idioma se comunican? Pues cada uno en el suyo o los italianos en italiano, los españoles en español con acento italo-argentino, los españoles en italiano, los italianos en español... y cuando no queda más remedio, utilizando a la traductora (en este caso la chica italiana de la pareja mixta) o recurriendo al francés y después traduciendo de nuevo!

Lo que está claro es que la escapada del pasado fin de semana fue genial.


Assilah, ciudad costera a 200 km de Rabat, y campamento base durante el fin de semana, es bella, no, bellisima! 

Su medina es la más bonita que he visto hasta ahora: una versión de los Oudaia de Rabat (en blanco y azul), pero infinitamente más cuidada (y limpia) y con murales y dibujos que le dan un encanto muy especial.

El sábado visitamos la playa de las cuevas. Tras una media mañana nublada, con jersey y partidas de principiantes de mus, el Sole, sí! oh Sole! salió de entre las nubes, para tener una tarde perfecta tomando el sol, bañitos con olas ricas y viendo pasar los camellos y las carretas con caballos.

El domingo fuimos un poco más al sur. A medio camino entre Assilah y Rabat está Moulay Bousselham, un pueblecito en la desembocadura de un río. Y ahí, cuando acaba el río, empieza a serpentear y forma dunas y playas a los lados. El agua allí es tranquila y pagando un poquito, te llevan en bote a las zonas más alejadas, donde no hay nadie... ¡qué paz!



Mis vídeos no molan tanto como los de Milán, pero chouia chouia, lo intento...



Vídeo proyectado en una fachada de la medina de Assilah

La mano de Edu en las calles de la medina

Playa de Las Cuevas.


Camellos en la playa de Las Cuevas



Medina de Assilah. Cuadros.



Alessandro, Edu, Nono, Manu, Giorgia y yo. Tras la cámara: Irene






Moulay Bousselham

En un bote de camino a la playa



Otro atardecer en Marruecos